Jorge Luis Borges entendía que el primer síntoma de la inteligencia es la estupidez, de modo que podría ser que la estupidez no fuese tan tonta. Para aprender de la estupidez propia antes hay que ser inteligente para saber que se es tonto, y si bien la inteligencia es un bien escaso, por contrapartida la estupidez abunda. El propio Buda eligió a Nanda, el único discípulo que no le entendía, para difundir su palabra entre los hombres. La estupidez abunda, pero ha sido poco estudiada. Sí abundan colecciones de aforismos y frases de gente célebres sobre lo estúpido que es todo lo que nos rodea. Sin embargo, le debemos todo a la estupidez. Sin ella ni siquiera hubiéramos nacido. Le debemos a ella el matrimonio de nuestros padres. El matrimonio, sin estupidez, no existiría, pensaba Erasmo en 1511. Los matrimonios se deben al enamoramiento, que es el estado más estúpido posible. "Cuanto más absoluto es el amor, mayor y más feliz es su delirio" . Nacemos gracias a la estupidez y, tr...
En los últimos tiempos escucho la misma queja: las opciones que nos sugiere el algoritmo son malas y ni sabíamos que queríamos ver; eso nos lleva a perder más tiempo eligiendo que vamos a mirar y, como siempre, terminamos con la sensación de insatisfacción y fastidio. En el mejor de los casos, perderemos dos horas viendo algo similar al anterior que vimos y que olvidaremos en algunos días. Muchos creen que estamos en un gran momento de la cultura masiva con múltiples plataformas de streaming que nos da más poder como consumidor para elegir, sin embargo, nos encontramos en un escenario que genera gran ansiedad y en que las distintas alternativas nos ofrecen un achatamiento general de la calidad y variedad de los contenidos. El problema de la curación algorítmica es que rara vez nos ofrece algo nuevo; solo sigue patrones existentes rompiendo toda posibilidad de creatividad en la oferta monocultural. Cuando Chris Anderson -editor de la revista Wired-, desarrolló el concepto Lo...