El conflicto árabe-israelí, surgido en el marco del Mandato Británico de Palestina y prolongado hasta la actualidad, ha estado atravesado por múltiples propuestas internacionales y bilaterales destinadas a resolver la cuestión territorial y política. Entre esas iniciativas, destacan varios planes que ofrecían a los palestinos la posibilidad de constituir un Estado propio. Sin embargo, en distintas instancias, dichas propuestas fueron rechazadas por el liderazgo palestino o árabe, lo que ha sido interpretado de manera diversa: para algunos, como oportunidades históricas desperdiciadas; para otros, como respuestas comprensibles frente a ofertas percibidas como insuficientes o injustas.
Este informe examina cinco episodios relevantes en los que se planteó explícitamente la creación de un Estado palestino y que no fueron aceptados por los dirigentes palestinos, analizando el contexto, las condiciones y las motivaciones detrás de cada decisión.
1. LA COMISIÓN PEEL DE 1937
En 1937, el Reino Unido publicó las conclusiones de la Comisión Peel, la primera propuesta formal de partición del Mandato de Palestina. El plan contemplaba la creación de un Estado judío en parte del territorio, un Estado árabe en otro sector y una zona bajo control británico.
El liderazgo árabe palestino, representado por el Comité Árabe Superior y encabezado por Amin al-Husseini, rechazó el proyecto. Los argumentos principales se basaban en que la propuesta otorgaba un porcentaje desproporcionado de tierras a la comunidad judía, minoritaria en ese momento, y que se vulneraba el derecho de autodeterminación de la mayoría árabe.
2. EL PLAN DE PARTICIÓN DE LA ONU DE 1947
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y el agravamiento de la situación en Palestina, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 181, que establecía la partición del territorio en dos Estados, uno judío y otro árabe, mientras Jerusalén quedaba bajo administración internacional.
Los líderes judíos aceptaron la resolución, aunque con reservas. Por el contrario, tanto el liderazgo palestino como los Estados árabes vecinos la rechazaron. Alegaban que la división territorial era injusta, que Jerusalén debía quedar bajo soberanía árabe y que la implementación del plan podría provocar desplazamientos masivos de la población palestina. El rechazo condujo al estallido de la guerra árabe-israelí de 1948, cuyo desenlace fue la creación del Estado de Israel y el inicio del problema de los refugiados palestinos.
3. LA CUMBRE DE CAMO DAVID DE 2000
En el año 2000, el presidente estadounidense Bill Clinton convocó a negociaciones en Camp David entre el primer ministro israelí Ehud Barak y el líder de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat. Israel ofreció un Estado palestino que incluía la totalidad de Gaza y alrededor del 90 al 95 % de Cisjordania, con intercambios de territorios y un estatus especial para Jerusalén.
La propuesta fue rechazada por Arafat. Los motivos principales fueron la percepción de que el territorio palestino resultante estaría fragmentado en enclaves sin continuidad, la falta de soberanía plena en Jerusalén Este, la ausencia de garantías sobre el derecho de retorno de los refugiados y la persistencia de controles de seguridad israelíes en puntos estratégicos. El fracaso de la cumbre precedió al inicio de la Segunda Intifada.
4. LA PROPUESTA DE EHUD OLMERT DE 2008
En septiembre de 2008, el primer ministro israelí Ehud Olmert presentó al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, una oferta considerada por muchos como la más generosa hasta ese momento. Incluía la retirada israelí de aproximadamente el 93 % de Cisjordania, compensaciones territoriales equivalentes, un corredor que conectara Gaza con Cisjordania y un régimen especial para Jerusalén y la Ciudad Vieja.
Abbas no aceptó la propuesta. Argumentó que no recibió los mapas oficiales para analizarlos adecuadamente, que persistían dudas sobre la cuestión de los refugiados y que Olmert carecía de legitimidad política debido a investigaciones por corrupción. Desde la perspectiva palestina, las condiciones no ofrecían garantías suficientes para un Estado plenamente soberano y viable.
5. EL LIBRO BRITÁNICO DE 1939
Un episodio menos citado, pero relevante, es el Libro Blanco de 1939, emitido por el Reino Unido. Este documento limitaba la inmigración judía y proyectaba la creación de un Estado árabe unificado en Palestina en un plazo de diez años.
Los dirigentes árabes palestinos rechazaron también esta propuesta, al considerar que no garantizaba una independencia inmediata, que la promesa estaba condicionada por la permanencia británica y que no resolvía de forma definitiva sus reclamos territoriales y políticos.
CONCLUSIONES
El análisis de estos episodios revela que el rechazo palestino no puede interpretarse de manera simplista como una negativa a la creación de un Estado. En la mayoría de los casos, la oposición se fundaba en la percepción de que las propuestas no garantizaban soberanía plena, continuidad territorial ni soluciones a cuestiones centrales como Jerusalén o los refugiados.
Mientras que ciertos observadores consideran que dichas negativas representaron oportunidades históricas desaprovechadas, otros sostienen que aceptar propuestas percibidas como insuficientes habría implicado institucionalizar un Estado fragmentado y dependiente.
En definitiva, estos cinco momentos ilustran la complejidad del proceso de construcción estatal palestino, marcado por la tensión entre las ofertas internacionales, las demandas nacionales y la falta de confianza entre las partes, factores que hasta hoy continúan dificultando una solución definitiva al conflicto.
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