Para muchos su vida se basa en despertarse, ir a trabajar, volver y dormir. La mayoría repite ese ciclo por siempre y nunca se plantea si todo es solamente eso. Nunca se plantea si la vida es absurda
Albert Camus decía: "La única manera de lidiar con un mundo no libre es volverse tan absolutamente libre que tu mera existencia sea un acto de rebelión".
Si embargo uno nace en un mundo donde las reglas ya están establecidas. Si intentas extender tus alas, hay personas a tu lado que te las cortarán incluso antes de que aprendas a volar.
Trabajas, comes, haces de todo, pero te olvidas de responder a esa pregunta importante: ¿para qué?
El absurdo es una perspectiva filosófica que explora la contradicción entre el deseo humano de significado y la naturaleza indiferente y caótica del universo.
La vida es irracional y, a veces, desprovista de un verdadero significado o propósito. Pensamos que la vida es trágica porque es miserable y constantemente encontramos formas de culpar a los demás por lo que nos amarga.
El que profesa la filosofía del absurdo no lucha por decirte cuál es el sentido de la vida; al contrario, sólo afirma que no hay sentido en la vida.
Entonces, ¿qué pasa cuando te dicen que no "necesitas" encontrar un significado? ¿Qué pasa si no tiene sentido y el viaje es más importante que la lección que enseña?
En su esencia, el absurdo reconoce las contradicciones e irracionalidades de la condición humana. Reconoce que la vida es inherentemente carente de sentido y de valor inherente. No llegas a esta vida con un propósito definido: el viaje se vuelve divertido cuando intentas darle sentido en sí mismo.
En lugar de sucumbir al nihilismo o a la desesperación, el absurdo nos invita a enfrentarnos a lo absurdo de la existencia y a encontrar sentido frente al caos.
¿Demasiado filosófico?
Cuando sucede algo inesperado y doloroso la pregunta que nos hacemos es "¿Por qué a mí?".
Algunas personas se desesperan y otras se encierran a mirar televisión para desvincularse de la realidad. Otras dicen "¿y qué?" a estos sentimientos y pareciera que la vida vuelve a tener sentido.
Si el propósito de la vida es crear un propósito, pronto construiré el mío. La vida pareciera decir "Si no es ahora, entonces más tarde".
Abraza la libertad
Uno no está atado a cadenas ni reglas. En lugar de aceptar pasivamente lo absurdo de la existencia, hay que hacerse cargo de las decisiones y acciones. Hay que probar cosas porque no hay mucho que perder.
Abrazar la libertad para crear un significado y propósito propio en la vida. Asumir la responsabilidad de darle forma a tu propio destino sin importar la falta de significado.
Encontrar sentido en el caos
En lugar de buscar verdades reveladas o el significado universal, es preferible encontrarle significado a los pequeños momentos de la vida cotidiana. Hay alegría en lo absurdo de la existencia. Hay belleza en los momentos fugaces y efímeros que hacen que la vida valga la pena.
Se puede encontrar satisfacción en nuestras pasiones, el cultivo de relaciones significativas y la apreciación de los momentos fugaces de la vida.
Cultivar la resiliencia
Al ser la vida incierta y los contratiempos inevitables, levantarse de la cama puede ser doloroso pero uno decide cómo administrar esas incertidumbres y contratiempos. Son aspectos naturales de la experiencia humana y el absurdo nos ayuda a enfrentar estos desafíos.
Al cultivar la resiliencia y adaptarnos a la adversidad, podemos recuperarnos más fuertes, más sabios y más decididos a perseguir nuestras metas y aspiraciones.
Finalmente todo se reduce a dos cosas:
1) Crear nuestro propio propósito y reglas para vivir la vida que se quiere.
2) No dejar que los contratiempos y el miedo impidan perseguir nuestros sueños más locos.
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